miércoles, 13 de enero de 2010

Olimpíadas Estudiantiles.


Todos los años se realizan en el nivel educativo olimpíadas de diversas asignaturas, tanto en el orden local, nacional e internacional. Al pasar una de las instancias los alumnos competidores siguen en la otra.
Empezaron siendo de Matemática, Física, Química y luego se sumaron casi todas las disciplinas (Informática, Filosofía, etc.)
Ahora bien ¿Es positivo para los alumnos participar en dichas competencias?
Como en muchas cuestiones hay pros y contras. Pasemos entonces a enumerar (según quien esto escribe) algunas de ellas:

Ventajas

Posibilidad de desarrollarse, ampliar sus conocimientos, prepararse para pruebas exigentes.
Intercambiar experiencias con alumnos de otras escuelas, de otras provincias, de otros países.
Ir adaptándose a otros niveles de exigencias, conocer el ambiente en otras casas de estudios, muchas de estas competencias tienen lugar en universidades, el joven tiene una primera aproximación a ese ámbito que tal vez en uno o dos años sea el suyo.
En el caso de triunfar por supuesto que es un logro que aumenta su autoestima. Salvo que sea muy autoexigente y sufra con un resultado no acorde a sus expectativas, pero en general es una buena experiencia de acuerdo a los ítems señalados anteriormente

Desventajas

Distrae al alumno de sus otras obligaciones en el colegio. Tendrá seguramente que dar evaluaciones de materias en cuyas clases no pudo estar presente por sus obligaciones olímpicas.
En algunos casos se perjudica a alumnos que utilizan el poco tiempo que tienen de sobra para poder participar de proyectos como UBA XXI, en donde pueden cursar por adelantado materias del ciclo básico común de la Universidad. (En general estas competencias se dan en los últimos años del secundario).
Y la competencia es desigual, no por la capacidad de los concursantes, pareja en todas las instituciones.Sino por la posibilidad de prepararse optimamente que tienen los participantes en determinadas instituciones.En algunos de ellos se decía (no se tiene contancia, era un rumor) que se designaban profesores que preparaban a los alumnos en sus propios domicilios (los de los alumnos). Esto obviamente es una competencia desigual con aquellos chicos de otros colegios que hacen un gran esfuerzo para competir.Y que sus profesores los preparan con mucho sacrificio. En suma para algunos colegios es una prioridad el éxito de los estudiantes para luego usarlo como propaganda de la institución.Para otros es por pasiòn por la educaciòn y para demostrar que un alumno de un colegio muy humilde tambièn puede obtener excelentes resultados.

Otra desventaja: no se considera al colegio en general ¿Y los alumnos que no compiten? ¿Son menos que los “olímpicos”?

En fin uno trabaja por el bien de todos sus alumnos. No hay ningún objetivo en las instituciones que exprese “Que nuestros alumnos ganen olimpíadas”

Conclusiones.

Aceptar participar también implica un sacrificio económico (hay viajes, estadías, comidas, seguros de salud).Y además se altera en forma significativa las obligaciones de los alumnos en otras asignaturas.
Debe haber acuerdo también de los padres del participante.
Invitar a todos los alumnos a participar. Por experiencia propia puedo contar que los mejores alumnos (en calificaciones) son reticentes a hacerlo y alumnos de menor rendimiento son los más dispuestos.
Realizar una prueba de admisión en el colegio con un cuestionario referido a los temas que tendrán que analizarse en la competencia. No se puede competir sin estar seguro de un bagaje básico de conocimientos.
Sí los participantes no tienen éxito en la olimpiada resaltar su esfuerzo y colaboración en el curso y en el colegio (mencionar y agradecer en las formaciones y en el aula, por parte de autoridades y profesores).
Sí logran tener una buena actuación señalarlo también, pero sin exagerar. Esos eventuales resultados positivos son mérito del alumno, pero en él colaboraron muchas otras personas.
Que un mismo alumno no participe en más de una competición. Muchas veces cuando hay un alumno brillante se lo hace ir a varias de ellas, sin considerar que tiene otras obligaciones que cumplir, y que tal vez tampoco tenga ganas de participar. Claro que el alumno puede negarse, pero muchas veces por cortesía, buena predisposición, pensar en que quedarían mal con el colegio, no lo hace. Cuando ya bastante hay que agradecerles que participen en una de estas competiciones.
Y sí el colegio no participa no es signo de debilidad ni de baja categoría, hay mucho que trabajar y objetivos prioritarios tal vez anteriores a participar en una olimpíada.

Y haciendo una analogía: se acuerdan cuando los Juegos Olímpicos (los “de verdad”, los que se hacen cada cuatro años) se decían que los deportistas eran amateurs: había países en donde sus deportistas se preparaban full time, con ayuda de la tecnología del momento, preparadores a doquier, becas, auspiciantes, etc. Para sus gobiernos era prioritario ganar medallas, ello era usado políticamente y por eso sus atletas recibían todo el apoyo de esos estados.No eran nada amteurs.
Mientras tanto los de otros países como el nuestro lo hacían todo a pulmón, entrenándose después de su jornada laboral, pagándose sus implementos (garrochas, jabalinas, etc.)Y sí bien no lograban resultados exitosos su participación era muy meritoria. Obviamente que en esas condiciones los atletas de los países mencionados en primer lugar arrasaban con todas las medallas.

Es bueno que algo similar no ocurra con las Olimpíadas Estudiantiles. Que no sean un instrumento de marketing. Y que se cumplan todos los objetivos positivos que mencionamos en esta publicación.