domingo, 28 de agosto de 2011

Uniones Químicas: capítulo fundamental e interesante.

Un tema crucial en cualquier curso de fisicoquímica, con el se conocerán los fundamentos de las fórmulas de las sustancias.

Los alumnos comprenderán que en realidad moléculas sólo existen en las sustancias covalentes. Y en las iónicas las partículas (iones) se agrupan en conglomerados-cristales-en donde existen millones de átomos de los iones respectivos. Por lo que en realidad, por ejemplo NaCl no es la fórmula molecular del cloruro de sodio, moléculas de esta sustancia no existen. Es su fórmula mínima, en su estructura por cada átomo de sodio (catión en realidad) existe uno de cloro (anión).

El fundamento teórico es la Regla de Lewis: “Los elementos al unirse completan una última órbita estable de ocho electrones, similar a la de un gas noble”.

En el caso de uniones covalentes se deducirá que el hidrógeno al unirse a no metales completa una última órbita estable de dos electrones similar a la del gas noble helio. Aunque también el hidrógeno forma hidruros con ciertos metales ganando un electrón de ellos y quedando con una carga negativa.

En el caso de la unión iónica es importante remarcar que al perder electrones un átomo pierde su neutralidad en carga eléctrica, recordar que todo átomo está formado por un número similar de protones positivos y electrones negativos, y en su conjunto el átomo es neutro. Al perder electrones prevalecerán una o más cargas positivas (igual al número de electrones perdidos).Y al ganar un átomo neutro electrones, pasará a tener tantas cargas negativas como electrones ganó.

Y para introducir el subtema unión covalente buena es una analogía: dos átomos de cloro con siete electrones en el último nivel se unen y forman una molécula de cloro (Cl2). En ella los dos átomos de cloro llegan a tener ocho electrones ¿Cómo lo hacen?
Buena es una analogía: dos personas tienen siete libros propios ¿cómo puede ser que se unan y tengan ocho libros cada uno?

El alumno llegará con la guía del docente que la propiedad de un libro o de un electrón no tiene porque ser exclusiva. Así al compartir un par de libros (cada persona aporta uno de esos dos libros compartidos) sumados a los restantes seis propios, cada persona tiene ocho libros. Y de manera análoga al compartir un par de electrones los dos átomos de cloro completan ocho electrones en su último nivel.

También bueno es el ejemplo del monóxido de carbono para analizar que uno de sus elementos constituyentes no completa ocho electrones (el carbono).Sin embargo el compuesto es estable. Y con este ejemplo se remarca la diferencia entre una Regla, y sus consecuentes excepciones, con una Ley que se cumple siempre (aunque algunos epistemólogos no les guste, pero este no es el caso de ahondar en ese tema).

Y también remarcar luego de estudiar el tema que la clase de unión no está estrictamente relacionada a las clases de elementos que se unen (metal con no metal iónica, no metal con no metal: covalente, molécula de hidrógeno covalente).En realidad la clase de unión estará dad por la diferencia de electronegatividades entre los elementos que se unen.

Y sí bien lo señalado en primer lugar es lo más común, en algunos casos la unión puede ser entre un metal y un no metal y el enlace es covalente como en el cloruro de aluminio, ya que la diferencia de electronegatividades entre el cloro y el aluminio es menor que el valor generalmente establecido como mínimo entre esa diferencia para una unión iónica (1,7).

En fin, uniones químicas un tema fundamental y con muchas cosas para enseñar y aprender.

viernes, 12 de agosto de 2011

La escuela es para todos.






Hace unos dos meses vino gente de una oficina del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, a una de los colegios en los que me desempeño, par a realizar una encuesta que centraba sobre el tema Inclusión.

Es así que estuvimos exponiendo, más que respondiendo a preguntas puntuales sobre este tema tan central en estos momentos del país.
Es prioritario que no quede nadie fuera del sistema educativo. Un chico que no está en el colegio, corre los riesgos al seguramente estar todo el día en la calle.
Pero ello no quiere decir que el colegio sea, como se lo llama a veces con ironía, una “guardería”.

Se debe estar en el colegio y sacar provecho de él. Se le debe exigir al alumno en estudio y en comportamiento.
A veces se teme que al exigirle demasiado o al ser muy severo con una sanción a una falta, el alumno abandonará el colegio. Nada más equivocado. Tal vez lo abandoné sí percibe que no recibe nada de la institución, hablando en formación académica e integral.

El colegio debe ser comprensivo con las dificultades económicas, sociales, humanas del alumno. Pero se le debe exigir como a cualquier chico de otros colegios del sistema sin esa problemática.

Los alumnos de colegios humildes tienen las mismas capacidades que los de los “mejores colegios”. Sólo que tal vez una vida más difícil hizo o hace que no las puedan desarrollar.
Y es digno de destacar el hecho que todos los alumnos de escuelas públicas reciban su netbook. Y por supuesto que los colegios cuenten con la infraestructura (léase tengan internet en todas sus aulas), para que ellos les puedan sacar su máximo de provecho.

Y que la inclusión se dé en un panorama general de justicia social, de plena ocupación para sus padres, de viviendas dignas, de posibilidad de realizar pasantías e ir conociendo el mundo laboral.

Porque inclusión en el único sentido de estar en un colegio, eso sólo no alcanza. Pero tenemos la esperanza que eso no va a ser así, sí no en el sentido antes mencionado.

Y así los chicos sabrán que el futuro no sólo es un modo verbal.