jueves, 16 de julio de 2009

Mercurio.




En los hospitales públicos porteños se están reemplazando los clásicos termómetros de mercurios por termómetros digitales.
Es una medida acorde con la tendencia mundial al respecto.
La medida se amplía con el reemplazo de los tensiómetros que utilizan también el líquido metal.
Por rotura de estos instrumentos cada año se evapora una gran cantidad de mercurio ya que se trata de un líquido muy volátil. Esto implica una serie de graves problemas ecológicos con incidencia directa en la salud de la población Obviamente que en los hospitales el riesgo es mayor, por tratarse de un instrumento presente en grandes cantidades en esos centros de salud y por la posibilidad que sean afectados cientos de personas tanto trabajadores, como internados y visitantes.
Los vapores de mercurio provocan problemas en la vista y en la audición. Además afectan el sistema nervioso, provocando temblores.
Las altas concentraciones de mercurio en sangre son indicio de una enfermedad a la que se llamó hidrargirismo (en latín hidragiranum es el nombre de mercurio, significa plata líquida en relación a su aspecto).
El mercurio se cree fue alguna vez causante de la aparición de miles de peces muertos en las costas del Río de la Plata.
Cuando se rompe un termómetro de mercurio, se observa que el metal se concentra en una gota bien compacta y móvil, esto es debido a la alta tensión superficial de esta sustancia simple. En accidentes de esta clase se debe recoger el mercurio cuidadosamente y usando guantes con un papel, plegar el papel encerrando la gotita, sellar con algún adhesivo y luego guardar todo-guantes incluídos-en una por lo menos doble bolsa de plástico de residuos. Para deshacerse del residuo es importante llamar a emergencias ecológicas de la ciudad respectiva ya que sí se deja en la vereda para que lo lleve el recolector se corre un grave peligro ya que lamentablemente por la situación social de muchos países, muchas personas abren las bolsas de residuos en busca de alimentos o de algún objeto con el que puedan obtener algún peso al venderlo. En algunos países por ejemplo España hay puntos fijos en donde se pueden llevar estos peligrosos residuos.