lunes, 20 de julio de 2009

Cuarenta años.


Cuarenta años de la llegada del hombre a la Luna. Unos de los hechos más memorables de la Humanidad.
Como todo avance científico tecnológico hubiera ocurrido tarde o temprano, pero fue acelerado por dos hechos trágicos (uno infinitamente más que el otro): la Segunda Guerra Mundial con sus avances (obviamente empujados por el fin bélico) en comunicaciones, informática, aviación; la producción de despiadados misiles que llevaban su carga destructiva a gran distancia y que fueron los antecedentes de los cohetes espaciales. El otro hecho la Guerra Fría, que disparó la carrera espacial entre la entonces Unión Soviética y los Estados Unidos.
Al gran hecho histórico se lo está recordando con programas y notas especiales en todos los medios.
Sólo mencionamos algunos datos interesantes:
La gravedad de la Luna es unas seis veces inferior a la terrestre. Un astronauta con todo su equipo pesaba 120kg fuerza terrestres, que se transformaban en unos módicos 20kg fuerza en la Luna. Recordar que el peso depende de la atracción gravitatoria, la masa del astronauta es la misma que en la Tierra 120 kg (siempre incluyendo también al equipo antes mencionado), pero el peso está relacionado con la gravedad del sistema, por lo tanto disminuye en el satélite terrestre.
La atmósfera lunar es muy tenue constituida principalmente por helio, neón, hidrógeno y argón. Por lo que los astronautas usaban trajes herméticos provistos de oxígeno. Cuentan que una mala caída y ruptura de ese traje hubiera sido trágico para cualquier astronauta.
La ausencia de atmósfera y de gases causantes de efecto invernadero (como CO2, vapor de H2O, metano), hace que las temperaturas sean muy extremas en la Luna , unos-150ºC durante la noche y aproximadamente 120ºC durante el día.
Debido a la casi inexistencia de atmósfera, el sonido no se propaga y los astronautas se comunicaban entre ellos por medio de equipos de radio.
Además la ausencia de lluvia y viento, así como de aire hace que las huellas que dejaron los astronautas y las naves (también algunas misiones usaron un automóvil especialmente diseñado) queden para siempre en el suelo lunar.
¿Y los que dicen qué eso fue todo un gran fraude? Los especialistas refutan una a una esas argumentaciones. Y hablamos del tema en un post anterior: La atracción por “las teorías conspirativas”