sábado, 9 de julio de 2011

Un maestro o profesor golpeado es un hecho abominable.

Alguna vez en este blog hablamos del derecho del docente a reclamar como lo establece la Constitución Nacional por sus derechos como trabajador (aunque hay gente que le molesta esa calificación, pero es un trabajador al fin).

Pero en este caso queremos mencionar otro aspecto. El de los sindicatos que toman sus decisiones de acuerdo con la simpatía o no con el gobierno respectivo (nacional o provincial).

Cabe acotar que la educación en la Argentina depende de cada provincia y del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, aunque hay un ministerio nacional que regula las políticas generales sobre este aspecto tan importante de la Nación.

Es así que la represión a docentes de la provincia austral de Santa Cruz (que trasladaron sus reclamos a la capital del País) , por parte de la policía en la ciudad de Buenos Ares,no mereció un repudio tan fuerte del principal sindicato nacional, con presuntas simpatías hacia el gobierno nacional del mismo tinte político que el de la provincia señalada (algo que no es criticable,las simpatías hacia un gobierno deerminado, sí todos sus afiliados las compartirían).

Todos estos conflictos se superarían si los sindicatos docentes, que en algunos casos son muchos por distrito, se dedicaran a defender a sus docentes sin mezclar los justos reclamos con afinidades o desafinidades políticas.

Un maestro o profesor golpeado es un hecho abominable sea quien sea quien lo golpea.