sábado, 4 de diciembre de 2010

Lo ocurrido con docentes en Washington y las evaluaciones de calidad educativa.




















En la ciudad de Washington se tomó una evaluación de calidad a todos sus docentes (se entiende que los de colegios estatales).
En base a los resultados se formaron cuatro grupos: a los de menor rendimiento directamente se los despidió y a los de mejor se les asignó una mejora en su retribución.

En base a eso los medios locales se preguntan sí se podría realizar algo parecido en nuestro país.

Opiniones: En primer lugar quien se desempeña como docente cumplió estudios en algunos de los institutos de profesorado del país. Dichas Instituciones se suponen que son evaluadas y seguidas por el ministerio de educación de cada jurisdicción.

También los docentes se actualizan con cursos y carreras regularmente. Nunca un docente en promedio realizó tantos cursos de perfeccionamiento en estos últimos años (por lo menos en la Ciudad de Buenos Aires, que es la referencia que tomamos en este blog).

Y el docente es calificado anualmente para tomar nuevos cursos, además de ser evaluado en un concepto por el directivo de cada colegio en donde se desempeña. Siendo entregada una copia del mismo al profesor para que lo incorpore en los legajos de la junta en donde se inscribe. El colegio además envía copias del mismo a la supervisión y otros organismos que lo soliciten.

Es cierto que ese concepto que se entrega es casi siempre elevado ¿pero tiene la culpa el docente por ello?
En cuanto a lo que inspiró la medida comentada en Washington: lo que provocó la misma parece es el bajo nivel del rendimiento de los alumnos en su desempeño.

La realidad es que el nivel educativo de los estudiantes no siempre es el esperado. ¿Es el docente el principal responsable de ello? El docente es el primero en reconocerlo y en querer revertir esa situación pero para eso se necesita el apoyo y el acuerdo de todos los participantes en el proceso educativo incluyendo padres, autoridades, gobernantes.Dejar de lado un poco el sistema de contención, para pasar a uno de mayor exigencia. Claro que con eso muchos de los jóvenes estudiantes quedaran afuera del sistema y los más afectados serán los de menores recursos. Justamente los qué más merecen atención.

Y sí se desea se puede evaluar con pruebas estandarizadas a los docentes. Pero para mejorar, para ayudar a los màs necesitados y no con el fin de expulsarlos del sistema.

Desde hace muchos años se administra una evaluación de la calidad educativa en todo el país. En otros tiempos se evaluaba en un mismo día a todos los últimos años del sistema. Pero surgieron dudas sobre algunos resultados en algunos colegios.

Además en esos tiempos se hacían rankings de colegios según los resultados de esa evaluación. Y los que lo encabezaban no siempre eran los mejores.

Otra cuestión, sí se evalúa y está muy bien a los docentes, porque no hacerlo también con los médicos, odontólogos, abogados, ingenieros, etc.
¿O será que en Educación echar la culpa de todo al docente es lo más cómodo?

En síntesis: evaluar para mejorar, para perfeccionar y no con un fin persecutorio. Sería lindo saber quién evalúa a la funcionaria de educación de la alcaldía de Washington que tomó las decisiones comentadas. Contestaran: el pueblo en las urnas.
A propósito el alcalde de quien depende perdió las elecciones a principios de noviembre en esa ciudad.



(La Imagen que antecede esta entrada pertenece al encabezado de un artículo de Gabriel Sánchez Zinny en la revista Neesweek).