martes, 2 de junio de 2009

¿Para qué me sirve estudiar Química?

Es una pregunta que siempre nos hacen muchos alumnos. Tal vez reminiscencias de épocas pasadas, especialmente de la década del noventa. Sólo era importante aquello que sirve para ganar plata. Consecuencias: auge de las carreras contables, marketing, publicidad. Importantes y necesarias, pero no son las únicas disciplinas imprescindibles para la Sociedad.

Ganar dinero se puede, se debe y es totalmente justificado y es bueno estudiar y obtener un título con ese fin (material, pero para que ser hipócrita es lo que buscan muchas personas).Claro que no es el fin mismo de muchas carreras. Miles de investigadores, químicos, médicos, físicos, eligieron esas profesiones por vocación y además le brindan un servicio a la Sociedad.

Hace unos meses escuché en un reportaje radial a uno de los más importantes divulgadores científicos de nuestro país y al referirse a una pregunta parecida a la que encabeza este comentario, remitió a Michael Faraday, gran físico y químico inglés, que entre otros logros fue quien dedujo las leyes de la electroquímica y descubrió el benceno. Estaba Faraday investigando sobre la inducción electromagnética, lo que en el futuro permitiría la construcción de generadores eléctricos y alguien le preguntó, como dando a entender la “inutilidad y extravagante de ese trabajo”¿Para qué sirve eso? Y él respondió con otra pregunta ¿Para qué sirve un bebé? Llora, se hace encima, no nos deja descansar. Claro que ese bebé es nuestro futuro, nuestra descendencia y puede ser una persona muy importante para la humanidad.

No todo tiene un rédito inmediato y más aun todavía : aquello que hoy nos parece sin sentido puede ser algo muy trascendente en el futuro.