sábado, 9 de mayo de 2009

Profesor¿Usted nunca se copió?

Es la pregunta que recibimos cuando advertimos que no toleraremos métodos no leales para responder en una evaluación.
Vivimos en una época de simetrías en la relación docente alumnos. No es nada malo sí se refiere al respeto mutuo, al cumplir cabalmente con las funciones que corresponden: de unos, enseñar, capacitar, preparar para el futuro y de otros: aprender, adquirir habilidades, ser formado para la vida laboral, para proseguir estudios o para entender el mundo en el que vivimos.
Pero sabemos que en otros sentidos la relación docente-alumno es asimétrica, las exigencias a unos no tienen que complementarse con exigencias o justificaciones idénticas de otros.
Parece que sí exigimos que las cosas se tienen que hacer con honestidad y respetando no sólo los reglamentos sino el proceder de una persona correcta se nos responde con esa pregunta fuera de lugar.
Se imagina a un automovilista que es multado por un agente por cruzar un semáforo en rojo, preguntarle al policía:”Ud nunca pasó un semáforo en rojo” o una persona que es sorprendida por un inspector sin su boleto del tren, decirle ” Ud nunca viajó colado”.
Obviamente son contestaciones desubicadas que pretenden subsanar un error con prejuicios sobre supuestas e imaginadas situaciones similares en nuestro accionar pasado.
Si un alumno no pudo estudiar es muy valeroso que lo reconozca y tendrá seguramente una y más oportunidades para recuperarse de ese traspié.
Tal vez la historia reciente pueda explicar estas situaciones planteadas. En décadas pasadas ,especialmente la de los 90 , los objetivos había que lograrlos a toda costa. Y de todo eso no quedaron exentos los estudiantes.
Durante esos años, una ONG organizó una serie de debates llamados “La copia y la coima”. Y la pregunta era más o menos sí quien se copia en el secundario y no es corregido podría en el futuro transgredir las leyes y buenos procederes y ser por ejemplo una persona que se habitué a las coimas (esto seguro que fue puesto como un ejemplo arquetípico de todo a lo que podría llegar) o se trata sólo de una conducta reprochable pero normal, propia de niños y adolescentes en una etapa difícil de la vida.
Un debate que no está pasado de moda. Aunque la opinión de quien escribe creo que quedó clara.
En resumen : desde un pequeño aula podemos enseñar además de nuestras materias que las metas se logran con decencia y honestidad