sábado, 22 de mayo de 2010

En positivo.


Cómo me parece que últimamente las entradas se estaban tornando muy críticas y sí hay algo que no comparto es estar siempre quejándose, aunque a veces es una consecuencia de los que nos depara la realidad o por lo menos la realidad que percibimos, pensé que acorde con los festejos del Bicentenario, es necesario escribir sobre todo lo positivo de nuestra profesión, de nuestros colegios y de nuestro sistema.

Es así que quiero destacar y valorar a:
Los profesores que se dedican con ahínco a su trabajo. Los que no faltan porque sí, los que tratan correctamente a sus alumnos, sin autoritarismo pero sin demagogia, los que no hablan más que de su materia en el aula sin dedicarse al chismerío barato y por el que no se les paga en horas de trabajo. Los solidarios con sus compañeros, los educados- sí los educados- (parece una contradicción que no los haya en una “fábrica de educación” como lo es una escuela) que saludan y son saludados por sus compañeros de trabajo aunque no haya amistad entre ellos. Los que no se creen “grandes personajes” o mejor dicho que su humildad los hace ser grandes de verdad. Los buenos compañeros de trabajo, sin distinción de jerarquías.

Las autoridades que tratan de igual forma a sus dirigidos, tengan o no relación amistosa con ellos. Los que defienden a sus profesores ante quejas injustas de los padres de los alumnos.

Los supervisores que se presentan ante el personal de una escuela bajo su órbita, para escuchar las inquietudes de los docentes. Y que su función es no la de mostrar su autoridad jerárquica, sino fundamentalmente la de asesorar en bien del funcionamiento de las escuelas.

Los alumnos que respetan a sus profesores independientemente de actitudes propias de su edad.

Los padres que así como exigen que sus hijos sean formados integralmente y respetados como personas, también enseñan con la palabra y la actitud a sus hijos el respeto que deben tener por sus profesores.

Los Ministros de Educación que conocen la realidad de los colegios, los que visitan los establecimientos escolares para conocer la realidad de manera directa, los que toman contacto directo con la comunidad educativa.

Vieron que hay muchas cosas muy buenas que destacar.