jueves, 11 de febrero de 2010

A marzo.


Artículo del diario “La Nación” del domingo 7 de febrero de 2010.La imagen corresponde a la versión digital.

Núcleo de la nota: el porcentaje de alumnos que adeuda materias y debe rendirlas en febrero-marzo de este año.
Se refiere el informe a la situación en Ciudad de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires.
En la primera el 45% de los alumnos debe rendir en la fecha mencionada. En la provincia un 37%.

Se ensayan distintas hipótesis de funcionarios y especialistas. Podés buscar la nota en la web.

Opiniones personales:
Desde que uno tiene uso de razón siempre un buen número de alumnos se “llevó” materias a marzo.
Obviamente que esa cantidad se fue incrementando, como también el número de alumnos que repite el año.

¿Es mayor la exigencia con otras épocas y por eso esos resultados?
No al contrario, en otra épocas existían exámenes cuatri y bimestrales, que eran notas apartes y se promediaban con el promedio, valga la redundancia, de todas las otras notas que tenía el alumno en cada período.

¿El alumno deja todo para último momento? Sí, muchos comentan que estudian para una evaluación sólo en la noche anterior.

¿Hay relación entre los porcentajes y lo que aprenden los alumnos?
Es una tendencia, pero no significan mucho, hay alumnos que aprueban el año sin saber mucho, en cambio seguramente los que desaprueban saben poco o nada.
Se les da muchas oportunidades a los estudiantes para aprobar. Durante el año escolar muchos colegios tienen en sus planes horas extra clase para apoyo de materias previas. Y aún, por ejemplo en Ciudad de Buenos Aires las materias se rinden en una semana con la misma carga horaria anual, con lo que se puede repartir la prueba en algunas materias en dos o tres días. Previamente los alumnos tienen una semana de orientación en donde pueden hacer consultas, practicar algunos ejercicios y pedir alguna explicación de algún tema al profesor.

¿Por qué no estudiar durante el año y descansar en las vacaciones?
Es lo que siempre les preguntamos a los chicos. Dejadez, falta de motivación, ausencia de control en las familias, competencia no sólo con la televisión como en otras épocas, sino también con Internet. Tal vez esto no sorprenda, pero una vez una alumna que cursaba en turno tarde, ante el mal resultado de una evaluación, me contó que “estaba” en Internet hasta las seis de la mañana, Luego se iba a dormir y se despertaba para ir al colegio ¿Y los padres? Seguramente trabajaban, no tenían mucha comunicación con ella, pero así y todo aunque sea muy poco el tiempo que compartan, pueden ejercer su autoridad paterna, alentarlos de buena manera a que cumplan con su rol de estudiantes.

¿Y los docentes qué podemos hacer?
Desde el inicio del año escolar recomendarles que estudien desde el primer día.
Aconsejarles constantemente no dejar todo para el día anterior a la evaluación.
Realizar las ejercitaciones y sí es necesario también nuevas explicaciones sobre temas no comprendidos.
Solicitar a los padres en nota escrita o en las clásicas reunión de principios de año, colaboración y compromiso en la Educación de sus hijos.
Brindar oportunidades, siempre en un número razonable de veces, para que el alumno que desaprobó pueda tener otra posibilidad. Esto en situaciones especiales, temas complicados, número elevado de no aprobados; sino el hecho se puede convertir en una herramienta de especulación para el alumno:”Estudié poco, pero total tomará recuperatorio” sería su razonamiento. Y siempre tener presente, el objetivo principal es que el alumno apruebe, pero habiendo adquirido los conocimientos, habilidades, estrategias requeridas.
Y al dato que origina esta entrada, le añadimos otro que surge de la experiencia: el período de febrero-marzo es el de menor asistencia de los alumnos a sus exámenes. Después de haber pasado unas semanas de vacaciones, se dejan estar, les cuesta mucho retomar sus estudios, no se presentan para rendir y eso engrosa el porcentaje de alumnos que repite.
Porcentajes y política

A las autoridades políticas les interesa los números, los porcentajes: “Que la deserción escolar es del 0,5%”, “que aprobó el 80 % de los alumnos”, “que se superaron los 180 días de clase”.
Sabemos que esos valores no significan nada. Lo bueno como dijimos antes es que se cumplan los objetivos.
Es lo que todos deseamos con muchas ganas que la deserción escolar sea cero. Tienen razón los gobernantes cuando plantean que un chico en el colegio es un chico que no está en la calle.
Pero en el colegio el alumno debe estudiar y aprender. Es muy importante la función social que cumplen muchas escuelas de barrios con poblaciones con muchas necesidades. Pero sería bueno que ese rol lo cumplan otras instituciones así el colegio puede dedicarse de lleno a lo suyo.
Después terminan esos chicos sus estudios, se les hace una evaluación de calidad y todos ponen el grito en el cielo por los malos resultados. Y por supuesto no tienen un bagaje importante de conocimientos para emprender la vida laboral o continuar con estudios superiores.
Se puede contener en otras instituciones, obvio que la escuela siempre colaborará en ello, pero no perdamos de vista nuestro rol principal de educar y formar para el futuro. Eso revalorizará la enseñanza, los títulos y es lo que mejor podemos hacer por nuestros alumnos más necesitados.
Y concluyendo con el tema que da origen a esta entrada: hablando simplemente, es bueno que el porcentaje de alumnos que deban rendir materias en marzo sea bajo, pero que responda a una realidad y no sea un autoengaño. Lógico que es preferible aprobar al terminar el año escolar. Y sí no es así no es ningún drama rendirlas, y esperemos correctamente en diciembre o marzo. El alumno lo puede hacer con su esfuerzo, aumentará su autoestima y habrá tenido un importante aprendizaje adicional para el futuro: no dejarse estar y estudiar en los tiempos que corresponden para poder tener luego unas merecidas vacaciones.