lunes, 16 de enero de 2012

Promedios anuales.





En los colegios secundarios de la ciudad de Buenos Aires, el año escolar se divide en tres trimestres.

Para promocionar una materia es necesario un promedio de seis. Con el requisito de haber aprobado con seis el último trimestre. Así se puede dar la situación de alcanzar el promedio aún con una nota baja en el trimestre final (ejemplo extremo 10-10-1: promedio 7).

El criterio es justo pues un alumno con muy buenas notas, podría tentarse a dejar de estudiar la materia al finalizar el segundo trimestre, total ya está aprobado. Sin embargo es raro que un alumno que tenga esas notas llegue a ese tipo de especulaciones.

Supongamos una situación opuesta, un estudiante tiene como notas 1-10-10 en los tres trimestres (en orden cronológico), en ese caso el promedio también es 7 y aprueba la materia.

¿No sería correcto que deba recuperar ese primer trimestre? En algunas asignaturas como matemática, el conocimiento es sumativo y es posible que el buen rendimiento posterior incluya la base de los conocimientos del primer trimestre que más tarde los ha adquirido, pese a la nota del primer trimestre, por lo que la aprobación podría jusificarse.Pero en otras materias pueden tratarse de temas diferentes, inconexos.

Es algo para pensar.Lo lógico sería recuperar ese trimestres no aprobado, sea cual sea el promedio final.

En los principios de la democracia se instaló en los colegios (en esa época se trataba de los colegios nacionales, tiempo después se trasladaron esas escuelas a cada provincia y a la ciudad de Buenos Aires) un sistema basado en tres calificaciones. Aprobó los objetivos fijados, Superó los objetivos, No aprobó los objetivos. Años después se agregó una cuarta categoría: Aprobó Muy Satisfactoriamente los objetivos.

El sistema no funcionó. Reducía las calificaciones posibles, no estimulaba la sana competencia entre alumnos. No se entendían las calificaciones.
Pero tenía algo bueno: se planificaban una serie de objetivos (temas, unidades) y había que aprobarlos todos. El o los no aprobados se recuperaban. Es decir se promocionaba la asignatura con todos los temas aprendidos y aprobados. Lo ideal en el proceso educativo.

En fin, cuestiones para pensar, siempre teniendo como fin no un castigo, sino el buen aprendizaje del alumno