sábado, 30 de octubre de 2010

Tecnología y buenos modales.
















En el artículo que encabeza esta entrada de Clarín (edición en papel y electrónica) Laura Ramos hace referencia a las normas de buenos modales y cortesía que originó la tecnología, fundamentalmente el teléfono celular e Internet.
Situación: Correo electrónico de un gentil colega a un grupo de más o menos veinte compañeros de trabajo de un colegio: mañana no hay clases.
¿Respuesta agradeciendo la atención del aviso? Más o menos tres o cuatro personas. Algo similar cuando el medio elegido es el mensaje de texto de celulares.
Una compañera comentaba hace unos días que ella no tenía ni tiempo ni ganas de abrir su computadora al llegar a su casa y que no contestaba mensajes.
Obviamente que estamos de acuerdo en lo denso que se hacen esos envíos electrónicos de autoayuda, turísticos, graciosos o pseudograciosos, de denostación a algún político, etc, etc. Más que contestarlos habría que devolverlos.
Pero sí nos avisan de algún hecho, como el comentado anteriormente, que evita un viaje y pérdida de tiempo y dinero o cuando nos informan de alguna situación (buena o mala) es de persona educada contestar y agradecer. Sea SMS o correo electrónico. No más de diez segundos puede tomarnos ese agradecimiento.
En base a esto a todo un debate en cuanto a las reglas de educación en lo que hace a la comunicación en estos medios.
Mensajes masivos de e-mail ¿Se deben exponer las direcciones de todos los destinatarios o utilizar la opción con copia oculta?
Opinión personal: prefiero lo primero. Es cierto que a veces uno no quiere exponer su dirección, pero es chocante también cuando uno recibe un mensaje y no aparece su nombre o dirección como destinario.
¡Y qué decir los que envían un mensaje masivo eligiendo sólo a un destinatario y todos los demás están ocultos! Le llega un mensaje y dice enviado por fulano a Juan Pérez. ¿Y yo? Peor cuando es una felicitación de Año Nuevo por ejemplo ¿Sólo Juan Pérez es el saludado? En esas circunstancias sí no se quieren exponer direcciones lo mejor es saludar uno por uno. Además de ser lo correcto .Y lo bueno es enviar un mensaje masivo a una lista con intereses comunes (por ejemplo compañeros de un mismo colegio) .Y que se conocen entre sí.
Y lo peor de lo peor: enviar un mensaje a una persona al mismo tiempo que a otra se lo hace en copia oculta. Ejemplo: un empleado para demostrar que cumplió con un pedido de un superior de mandar un mensaje a un compañero, lo envía también ocultamente al jefe para que constate que cumplió con su pedido.
Claro que de esto último tal vez el destinatario no se entere, o tal vez sí, pero resulta en una falta de ética grave.
También el uso de estas no tan nuevas tecnologías favorece el “me saco de encima el trabajo de saludar o avisar”. En situaciones determinadas, desgracias familiares, comunicaciones muy importantes, nada reemplaza a la comunicación personal. Que peor ejemplo de aquel funcionario que fue despedido mediante mensaje de texto.
Y el celular. A veces se reciben mensajes a la noche, o un sábado o domingo. ¿No sabe la gente que la mayoría no lleva el celular puesto en esos días de descanso? ¿O se piensan que es un órgano màs de nuestro cuerpo? Existen todavía los teléfonos de línea, pero claro más cómodo es mandar un SMS.
Y en el colegio lo mejor es guardar el celular en su bolso, cartera o valija y revisar sí hay mensajes en los recreos. Sí no es así ¿con qué autoridad nos enojamos cuando se escucha el molesto y desubicado sonar de un teléfono de un alumno?
Temas que pueden parecer no tan importantes y que también hacen a la educación de las personas.

Aclaración: desde luego que a uno le caben las generales de la ley. Y que puede cometer errores como los que se grafican. Pero siempre una crítica se hace desde el lugar propio. Todos tenemos siempre muchas cosas por mejorar.
Muchas gracias por la atención y que tengan ustedes un muy buen día.

sábado, 23 de octubre de 2010

Yodo.

















A veces los chicos preguntan ¿Se puede decir yodo o es iodo?
De las dos formas pero una especie de prejuicio hace pensar que decir yodo es vulgar. Nada más equivocado en pensar eso. Sí, se escribe de las dos maneras y se la pronuncia en consecuencia: iodo o yodo (shodo como escribirían los adolescentes en internet). Ahora el símbolo es I y no Y como a veces se ve en algunas evaluaciones escritas.

Elemento del grupo 17 (el antiguo VII A) de la tabla periódica). Número atómico 53.
Su nombre en griego significa violeta. Sus números de oxidación màs comunes con los que se combina son +1 +3 +5 +7 y -1 en los yoduros.

Es un elemento presente en numerosos compuestos orgánicos.
La glándula tiroides produce hormonas que contienen yodo. Y la falta de yodo puede retrasar el crecimiento físico y mental de un niño.

Las necesidades de yodo del organismo son abastecidas por algunos peces.
A la sal común se le agrega también yodo con el propósito antes mencionado.

Como sustancia simple de fórmula I2 existe en el estado sólido con color negro y sublima en condiciones ambientales formando vapores violetas.
La solución de yodo molecular en yoduro de potasio es lo que se conoce como reactivo de Lugol. En esas condiciones se forma el anión triyoduro I3-
Ese reactivo identifica a algunos polisacáridos como el almidón produciendo un complejo de color azul.

La sustancia yodo tiene propiedades bactericidas y puede ser dañina a partir de ciertas concentraciones su contacto con la piel.

sábado, 16 de octubre de 2010

Nivel socioeconómico y universidad.














El tema es conocido. Los sectores con menos recursos económicos son los que en mayor proporción dejan sus estudios universitarios o directamente no los comienzan.
La mayor parte de ellos debe trabajar, lo que impide en muchos casos que terminen una carrera universitaria en la que ya habían avanzado.
La estadística muestra, que en contraposición en el sector de ingresos altos, hubo un aumento de 7% en su concurrencia a la Universidad.
Y las reflexiones: el ingreso irrestricto no favorece a los más pobres. Las cifras son contundentes. Sí tiene una familia que lo banque económicamente una persona puede mantenerse en la Universidad; sí es pobre aunque el estudiante trabaje se hace difícil sostener sus estudios. Y cada vez más.
La idea de permitir ingresar a cualquier egresado secundario (hablamos específicamente de la Universidad de Buenos Aires) no es mala en sí mismo. Que entren no significa que se reciban.
Pero es correcto que hay muchas personas que ingresan al ciclo básico común “para ver”. Total sí no funciona me voy. Así ya en la primera semana la deserción es muy grande. Y que significa esto: pérdida de mucho dinero del Estado. Y cuando la Universidad, el Estado pierde plata ¡quién lo sufre más! Los más necesitados. Total los más pudientes podrán seguir sus estudios, su familia los bancará. Y sí no pueden en la UBA, siempre habrá una opción privada para continuar.
Y ¿Cuál es la solución?
Sí se restringe el ingreso quizás se evite esa deserción tan prematura y costosa. Pero tal vez no sea lo importante.
Lo bueno es que se inscriban los más capaces sea del nivel económico que sea. Y que los que entran por entrar, tengan un conocimiento previo adecuado del nivel de exigencias de una carrera y de sus posibilidades de completarla. Y que esa noción de sus propias limitaciones los convenza de no iniciar un camino imposible de transitar.
Y que el Estado y las empresas privadas bequen a los alumnos más capaces y con mejores calificaciones en el secundario. Que muchos empresarios se comprometan con el país como lo hacen en los países del primer mundo, aquel que tanto admiran.

(La imagen que antecede esta entrada es de Clarin.com del 4/10)

sábado, 2 de octubre de 2010

Dar libre el secundario.











El examen era muy extenso. Había un bolillero como el de las loterías.El alumno sacaba una bolilla cuyo número correspondía a una unidad del programa que debía desarrollar toda, de pe a pa.

Y el examen sí no era respondido perfectamente, debía ser algo que se le acerque mucho. El aprobar era muy. Podía s exigente. Podía ser con siete, seis, cuatro, pero en realidad era, por decir algo, responder correctamente un 90 % del examen.

Así de difícil era un examen libre. Quien llegaba a esa instancia era generalmente por una enfermedad como hepatitis que lo dejó en situación de no poder seguir en condición de alumnos regular.

También en algún caso se daba el caso del chico o de la chica,”genios”que sus padres deseaban que terminen sus estudios cuanto antes, algo innecesario, que mejor que cumplir etapas y no sobreexigir a una persona que en el caso de un fracaso se lo puede tomar de una manera impredecible.

Hoy día es muy común encontrar alumnos que dejan sus estudios regulares y argumentan que pasarán a rendir libres. En algunos casos piensan dar libres las materias del año en que están cursando y en otros el resto del secundario.

Pueden haber múltiples razones en esa decisión, algunas comprensibles: tener que trabajar, atender un familiar enfermo o cuidar de algún hermano menor.
Pero lo ilógico es hacerlo por no soportar el trajín diario y pensar que rindiendo libre el asunto va a ser mucho más llevadero.

Un sólo examen equivale a un año lectivo en que no sólo se rinden exámenes escritos, se hacen trabajos prácticos, de laboratorio, se escuchan decenas de horas de clases sobre los temas de la materia, se realizan salidas didácticas, se asisten a algunas charlas de especialistas en algunos casos en el colegio y en otros fuera de él. Se socializa con compañeros, docentes.

Se aprende a desenvolver en diversas situaciones, expresar, defender ideas, dar explicaciones.

Algo distinto son los bachilleratos libres para adultos y otras opciones que tienen en general los alumnos mayores para terminar sus estudios mediante exámenes libres y con la posibilidad de tutorías en donde puedan ajustar su preparación con vistas al examen respectivo. En estos casos se trata de facilitar la obtención del título a miles de personas que con la obtención del mismo podrán tener más posibilidades de ingresar, mantenerse o progresar en el mercado laboral o porque no de iniciar estudios terciarios.

Y en cuanto a la cuestión del comienzo, se debe limitar la posibilidad de rendir libre el secundario. Debe estar justificado y se deben cumplir requisitos. Sí no se caerá en facilismo.

Y de esta manera se valoriza el título: de quien lo cursó regularmente y de quién las circunstancias hicieron que lo rindiera en exámenes libres.